Modelo Pedagógico Los desafíos de la escuela ante un contexto cada vez más cambiante, exigente y diverso, requiere que las instituciones educativas desarrollen respuestas a los diferentes escenarios de cambios sociales, tecnológicos, comunicacionales y de globalización. Las nuevas exigencias a la vez constituyen una oportunidad de actualización, para cumplir con las finalidades educativas en la sociedad de hoy. Exige propuestas orientadas a la formación de seres humanos capaces de generar transformaciones en su misma realidad, es decir capaces de actuar como agentes de cambio y mejora, de esperanza y renovación en los diferentes ámbitos, generar una ciudadanía activa, protagonista del bien común2.
La propuesta educativa salesiana, siempre en salida a la exigencia de los tiempos, se fundamenta en el Sistema Preventivo, experiencia educativa de Don Bosco, se mantiene vinculada con el humanismo cristiano por su vigencia y actualidad. El Sistema Preventivo es resultado de la acción educativa con los jóvenes, como una práctica pedagógica caracterizada por:
La voluntad de estar entre los jóvenes3 compartiendo su vida, mirando con simpatía su mundo, atentos a sus verdaderas exigencias y valores. Por esto, el joven es el centro del proceso educativo, lo que implica recibirlo como es, descubrir sus potencialidades y ayudarlo a crecer mediante múltiples intervenciones educativas, durante la jornada escolar y las actividades extraescolares;
La acogida incondicionada, que se convierte en fuerza promocional y capacidad incansable de diálogo. Brindar un clima de familia en el que se favorecen y cultivan las relaciones interpersonales, la reciprocidad, la solidaridad y la amistad, se forma un ambiente de alegría y confianza que genera compromiso;
El criterio preventivo, creer en la fuerza del bien que hay en todo estudiante y trata de desarrollar mediante experiencias positivas de bien, favorecen el desarrollo de actitudes que les permiten superar los riesgos y las situaciones difíciles, ayudándolos a captar el sentido de la vida y a vivirlo en plenitud.
La centralidad de la razón, que hace razonables las exigencias y las normas; es flexibilidad y persuasión en las propuestas. Lleva al estudiante a valorar la vida y las cosas con profundidad, sentido positivo y de espíritu crítico, con su autonomía y libertad; descubrir y compartir el esfuerzo humano en el proceso de socialización y personalización; vivir la esperanza en la persona y en los aspectos positivos de la cultura actual.
El desarrollo del sentido de Dios innato en cada persona y esfuerzo de evangelización cristiana, respeto a las diferentes opciones religiosas y creyentes; acogida de la verdad y del bien que late en el corazón de cada persona; diálogo entre la fe, la ciencia y la cultura del entorno; propuesta de un camino de santificación personal.
El amor, que se expresa como un amor educativo que hace crecer y crea correspondencia, acogida incondicional de las personas, relación constructiva y rica en propuestas educativas, participación en las alegrías y tristezas del otro, capacidad de traducir en signos concretos el amor educativo.
Un ambiente positivo tejido de relaciones personales, vivificado por la presencia amorosa y solidaria, animadora y promotora de actividades de los educadores y del protagonismo de los mismos jóvenes; con un estilo de animación, que cree en los recursos positivos del joven.
La experiencia de Madre Mazzarello, en el camino compartido con Don Bosco, hace su aportación original al sistema preventivo subrayando:
El descubrimiento desde la impronta femenina de las necesidades de la persona, sus capacidades y sus límites; así como el cuidado de la vida;
La responsabilidad en lo pequeño y lo sencillo, mediante el trabajo bien hecho;La presencia constante de Dios en todo lo que la persona es y hace;
El sentido de la alegría, expresión de libertad interior, que impregna el ambiente educativo;
La presencia constante de María, mujer que acoge la Palabra y la vive.
La práctica pedagógica al desarrollase a través del enfoque pedagógico salesiano se orienta a buscar el desarrollo armónico de la persona, a través de cuatro dimensiones4: Educativo Cultural, Experiencia Asociativa, Educación en la fe y Vocacional, que en su conjunto permiten alcanzar nuestro ideal de educar evangelizando y evangelizar educando, en un ambiente de familiaridad. Estas se complementan mediante cuatro opciones transversales 5 : Animación misionera y voluntariado, Animación de las vocaciones apostólicas, Comunicación social y Movimiento Juvenil Salesiano (Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana). Este desarrollo se efectúa mediante la vivencia del Oratorio marcado en los valores del ideario institucional: familiaridad y acogida, fe y testimonio, responsabilidad y honestidad, alegría y esperanza.
De allí que el trabajo en cada una de las dimensiones y opciones transversales tiene como propósito:
Educación en la fe: el sujeto de nuestro proceso educativo es la persona reconocida en su dignidad personal y social, y se hace realidad gracias a la corresponsabilidad de todos los actores sociales, que están convencidos del protagonismo infantil y juvenil, y que la razón de ser y existir de la educación salesiana es la de «formar buenos cristianos y honrados ciudadanos».
Educativo Cultural: construir en los estudiantes una identidad fuerte a través del acompañamiento, el desarrollo y la maduración de su mundo afectivo, emotivo y cognitivo.
Experiencia Asociativa: construir un ambiente de familia fomentando la conformación de grupos, como ambientes privilegiados en los que se desarrolla la propuesta asociativa salesiana: educar con el corazón y con el estilo de animación, tendiente a su inserción social y eclesial que permitan cultivar su vida cristiana y el intercambio de sus experiencias.
Vocacional: orientar y acompañar a los estudiantes en la formulación de su proyecto de vida como parte de una comunidad de creyentes, siendo visible y creíble su experiencia de fe orientando su camino y fortaleciendo sus relaciones, tanto personales como asociativas, por medio de una maduración cristiana y vocacional.
Animación Misionera y Voluntariado: la cultura misionera se convierte en realidad vivida cuando se adquieren actitudes y valores fundamentales del carisma salesiano. Más
Son las siguientes:
La prospectiva cultural: que conduce a leer e interpretar la realidad en relación con la promoción de la cultura de y para la vida.
La prospectiva evangelizadora: que promueve una armoniosa y fecunda integración entre fe y experiencia cotidiana.
La prospectiva social: en relación a la promoción en las jóvenes y en los jóvenes, de una ciudadanía activa y solidaria.
La prospectiva comunicativa: importante para cualificar las relaciones recíprocas e intergeneracionales, y para afrontar de manera adecuada el cambio cultural provocado por las nuevas tecnologías y por los medios de comunicación.
Estas prospectivas son puntos de vista parciales, que permiten tener presente la complejidad y la totalidad de la realidad humana en todas sus dimensiones, están estrechamente integradas entre sí, para favorecer la maduración integral de la persona según la propuesta educativa típica del Sistema Preventivo.
Que un acto de generosidad espontaneo y pasajero es una mentalidad que asume el significado de ser un testimonio de altísimo valor moral y social.
Animación de las vocaciones apostólicas: promocionar la vida religiosa consagrada y acompañar adecuadamente a los adolescentes y jóvenes que se interrogan seriamente sobre la posibilidad de vivir una vocación apostólica salesiana.
Comunicación social: desarrolla la capacidad de ser auténticos comunicadores para promover la comunión carismática y el impulso de la misión, que tienen como fin el progreso de la sociedad humana.
Movimiento Juvenil Salesiano (MJS): impulsa la sociabilidad y la amistad de manera natural. Es una propuesta de santidad en la vida cotidiana. Unir en red inspectorial los grupos existentes; valorar a todos los grupos y considerarlos por los valores educativos. Promover el diálogo, confrontación y formación cristiana.
El sujeto de nuestro proceso educativo es la persona reconocida en su dignidad personal y social, se hace realidad gracias a la corresponsabilidad de todos los actores sociales, que están convencidos del protagonismo infantil y juvenil, razón de ser y existir de la educación salesiana es la de «formar buenos cristianos y honrados ciudadanos».
Nuestra propuesta pedagógica al centrar su accionar en el estudiante, como su principal protagonista, mantiene diálogo con el modelo pedagógico socio – constructivista, armonizado con los avances científicos – tecnológicos y el cuidado del ambiente. Por esto, promueve una metodología con énfasis en las necesidades de cada estudiante, toma en cuenta sus fortalezas y debilidades, los diferentes ritmos de aprendizaje, y el contexto socio cultural y familiar en el que se desenvuelve. Considera las propuestas de autores como Piaget, Vygotsky, Ausubel, Bruner, Perkins, Gardner, Freire entre otros, quienes conciben el proceso educativo como promueven el proceso enseña aprendizaje a partir de metodologías activas, colaborativas y críticas